La llegada de los smartphones al mercado, tras el nacimiento del iPhone y la proliferación de los dispositivos Android, han traído consigo otro fenómeno igual de importante y que ha generado toda una nueva industria destinada a satisfacer las necesidades de estos exigentes usuarios: las apps. Sin estas aplicaciones, nuestros teléfonos inteligentes no lo serían tanto, ya que son ellas las que permiten sacarle el máximo jugo bien sea a la hora de trabajar, de jugar, de explotar la realidad aumentada, de navegar con el coche o de comunicarnos con nuestros amigos y conocidos.
Este uso masivo de apps también se ha visto favorecido por la sencillez de encontrar nuevas aplicaciones y descargarlas, a través de las tiendas oficiales de Google y Apple. Es por ello que muchos usuarios descargan este tipo de programas por consejo de terceros pero, en muchas ocasiones, no les acaba resultando de utilidad y las abandonan… a veces incluso tras haberlas usado tan sólo una vez.
Así lo pone de manifiesto Localytics, una auditora que ha detectado como una de cada cuatro apps es abandonada tras un solo uso. Se trata además de una tendencia en auge, ya que el pasado año sólo el 20% de las apps sufrían este fenómeno. Por otro lado, y continuando con esta línea, las apps que se abren más de 11 veces también cayó de forma dramática, de un 39% a un 34% este año.
Por categorías, los videojuegos son los que menos retención consiguen frente a las apps de mensajería y comunicación. En el caso de los juegos, los analistas explican que muchos consumidores bajan distintas apps del mismo género con el fin de probar cuál es el que más les convence, lo que hace dispararse la tasa de abandono de los que no resultan elegidos.
¿Por qué no usamos nuestras ‘apps’?
Los expertos de Localytics barajan varios factores que explican este aumento de la tasa de abandono de las apps. Entre ellos, la mejora de las redes de telecomunicaciones, que permite descargar más aplicaciones en el mismo tiempo y, por ende, nos permite ser menos selectivos a la hora de instalar nuevos programas.
Otra de las causas que se manejan es la fidelidad extrema de los usuarios a ciertas aplicaciones, como WhatsApp. Ello provoca que, aunque el usuario tenga otras apps similares que algún día descargó por algún motivo, apenas la use dado que mayoritariamente emplea otro programa.
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