A todos nos ha pasado: suena la alarma del despertador y estamos tan cansados que decidimos posponerla de forma automática.
Sin embargo, seguramente te habrás percatado de que, al hacer este proceso, la alarma de tu iPhone se repite cada 9 minutos, y no cada 10 o cada 15. Pero no sólo ocurre con estos móviles. De hecho, son la cifra estándar de los despertadores modernos.
¿Por qué ocurre esto? La realidad es que estos 9 minutos son un homenaje al pasado.
Todo comenzó cuando, en 1956, General Electric lanzó lo que se conoció como “Snooz-Alarm: el despertador más humano del mundo”, que no era más que un reloj que permitía a quienes lo compraban posponer la alarma 5 ó 10 minutos más (aunque en realidad nunca llegaban a 10).
Los engranajes internos del reloj no permitían que éste se detuviera exactamente en este tiempo, así que, en realidad, se posponía 9 minutos y unos cuantos segundos. Como la persona que apretaba el botón de “repetir” tardaba un poco en reaccionar desde que la alarma empezaba a sonar, los ingenieros de la compañía creyeron que nadie se daría cuenta jamás.
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Sin embargo, cuando otras marcas replicaron este “snooze”, se percataron del hecho y decidieron repetir el funcionamiento, ya que la alternativa era posponerlo algo más de 10 minutos (lo que resultaba demasiado).
Cuando llegaron los relojes digitales, también resultaba más sencillo posponer la alarma cada 9 minutos en lugar de 10 porque el cálculo se podía hacer con un sólo dígito.
Después, cuando llegaron los smartphones, los ingenieros que comenzaron a desarrollar el “snooze” pensaron que esta cifra era un estándar, y así lo dejaron.
Por esta razón, la alarma de tu iPhone se pospone cada 9 minutos.
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