Que tu coche tiemble mucho al arrancar es síntoma de que algo no va bien. Eso ni falta hace decirlo. No obstante, las causas pueden ser muy diferentes y variadas entre sí, siendo más o menos graves.
La primera y más simple de ellas llega ahora con la época invernal. El frío no le viene bien a los coches, y es normal que notes más vibraciones de las habituales hasta que el motor coja temperatura – especialmente en los más antiguos.
Otra de las posibles causas es que tengas algún filtro sucio. Ya sea el de aire o el de gasolina, la consecuencia será que el motor no reciba el oxígeno o el combustible necesario y nos avise de ello vibrando. Ojo también a las bujías, aunque si se trata de ellas los temblores llegarán cuando aceleremos.
La polea del cigüeñal es otra de las posibles razones de por qué el coche al arrancar tiembla mucho. Se trata de una pieza especialmente importante en las mecánicas diésel cuya función es reducir las vibraciones. Si no funciona como debe uno de los primeros síntomas que notarás serán precisamente los temblores.
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Los soportes del motor – los famosos silentblock – son los responsables de una unión del mismo al chasis lo más armoniosa posible. En el momento que alguno falla comienzan a notarse molestas vibraciones nada más arrancar. El problema no es este, sino que los temblores, de alargarse en el tiempo, pueden ser los responsables de generar una avería mayor y, por tanto, más costosa.
Otros de los puntos a comprobar si mi coche al arrancar tiembla mucho es la bobina del encendido, que podría no estar tirando la chispa de manera correcta. Además podemos verificar si la admisión está bien limpia, porque si tiene aceite o algún tipo de impureza puede provocar las molestas vibraciones.
*Artículo original publicado en Autobild. Autor: Jorge Morillo.