La catástrofe climática de tales dimensiones es inédita. Doug Grafe, jefe de protección contra incendios del Departamento de Montes de Oregón, decía a los periodistas que carecen de contexto para tamaño desastre. “Ya no podemos asumir que siempre habrá un planeta habitable para nosotros, porque a menos que promulguemos cambios importantes ahora, no lo habrá”, escribió Henry Mantel, local de Los Ángeles, en una carta al LA Times.
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— Zneha (@mithrilmaker) September 9, 2020
Mientras los cielos parecen tristemente retocados por Photoshop, las temperaturas siguen subiendo. Los Ángeles registró recientemente su temperatura más alta jamás batida: 49,4 grados en Woodland Hills, un vecindario al oeste de la ciudad. En Paso Robles, se han registrado 47,2 grados, máximo hasta el momento y en Burbank, en las afueras de Los Ángeles, se ha alcanzado la temperatura de 45,5 grados.
Los incendios arden con tal ferocidad, de hecho, que se pueden ver fácilmente desde el espacio. Una sola nube gigantesca de polvo registrada el 6 de septiembre incluso comenzó a oscurecer todas las demás lecturas científicas.
El aire caliente de los incendios que se elevan y transporta vapor de agua puede crear una “nube de tormenta”, como su nombre indica, un choque apocalíptico de fuego y relámpagos, el último de los cuales puede incluso terminar creando nuevos incendios, según revela la NASA. El cambio climático no puede dar advertencias más claras y pavorosas que estos brillantes cielos rojizos cargados de ceniza.
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Fuente | Futurism