El año pasado, las autoridades anti-monopolio de la Unión Europea imponían a Facebook una multa de más de 100 millones de euros por no ofrecer información totalmente veraz sobre su adquisición de Whatsapp 3 años antes. Meses más tarde, Zuckerberg se veía obligado a comparecer en el Parlamento Europeo (y que su comparecencia fuera pública) para dar explicaciones por el escándalo de Cambridge Analytica. Pero sus explicaciones no convencieron a los eurodiputados.
Parecía claro que Facebook necesitaba contar con un perfil capaz de asesorar al consejo de administración de la compañía sobre su relación con los organismos públicos europeos, y de ejercer al mismo tiempo como ’emabajador’ de la compañía ante los mismos. Realmente, llevaba tiempo buscando a alguien así… y ya lo ha encontrado: la compañía anunció el viernes el fichaje de Nick Clegg, quien fuera viceprimer ministro británico en el gobierno de coalición de liberales y conservadores liderado por David Cameron, entre 2010 y 2015.
El Parlamento Europeo insiste en que Zuckerberg comparezca en Estrasburgo
Puede parecer extraña la elección, en pleno proceso de Brexit, de un político británico con el fin influir sobre los burócratas europeos, pero Clegg (quien conoció en Bruselas a su mujer, ciudadana española), no sólo ejerció varios años como líder de la facción política británica más proclive a la Unión Europea (los liberaldemócratas), sino que antes de eso había sido eurodiputado (ostentando el cargo de portavoz de los liberales europeos en la Comisión de Comercio e Industria).
Clegg iniciará mañana lunes sus funciones como responsable de Política Global de la compañía, sustituyendo a Elliot Schrage (quien anunció en junio su salida, pero ha participado en la elección de Clegg) y se mudará a Silicon Valley a partir del próximo mes de enero. Uno de sus retos será ser coherente con sus antiguas críticas a Facebook por recurrir a ingeniería fiscal para evadir impuestos (el mes pasado se supo que la compañía tan sólo había pagado 7,4 millones de libras en el Reino Unido en 2017, pese a haber generado ventas por valor de 1.300 millones).
Imagen | Chatham House