La radiación de nuestros móviles, inocua para los humanos, así como nuestras redes WiFi, podrían resultar peligrosas para las supervivencia de las poblaciones de insectos. Un estudio realizado por un equipo de científicos de la Unión para la Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad de Alemania (NABU) junto dos ONG apunta a la influencia de este factor en el drámatico descenso de las poblaciones de insectos europeas.
La investigación muestra cómo la radiación de los dispositivos móviles y los campos de Wi-Fi han contribuido a la reciente pérdida de insectos en el Viejo Continente. La pérdida de hábitat debido a la expansión humana y el uso de pesticidas son otros factores destacables. El estudio es un análisis de 190 artículose, 83 de ellos considerados científicamente relevantes. 72 de estos correlacionaron la radiación electromagnética con un impacto negativo en abejas, avispas y moscas.
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En el estudio, la capacidad de navegación reducida y el daño al material genético y las larvas son los dos principales efectos secundarios documentados de la alteración del campo magnético. La radiación de los teléfonos móviles y Wi-Fi son responsables de abrir los canales de calcio en ciertas células, haciéndolas absorber más cantidad de este mineral y desencadenando una reacción bioquímica en cadena bioquímica, que altera el ritmo circadiano de los insectos y las funciones del sistema inmunológico.
“El estudio muestra que debemos mantener los ojos abiertos en todas direcciones cuando analizamos las causas de la dramática disminución de insectos. El tema es incómodo para muchos de nosotros porque interfiere con nuestros hábitos diarios y hay poderosos intereses económicos detrás de la tecnología de comunicación móvil”, apunta Johannes Enssle, director de NABU en Baden-Wuerttemberg.
Peter Hensinger de Diagnose Funk, una organización alemana de protección al consumidor, señaló que debemos prestar mucha atención a los efectos adversos de la radiación tanto en humanos como en animales, solicitando más investigación en torno a la incidencia de estas infraestructuras.
El estudio, disponible en el siguiente enlace, está todavía pendiente de una revisión por pares.
Fuente | Interesting Engineering