Las sospechas de la CIA sobre un posible hackeo ruso durante las elecciones presidenciales estadounidenses se ha saldado con la sanción por parte de la Administración Obama a dos servicios de inteligencia rusa (el GRU y el FSB), tres compañías que les proveen de material y la expulsión de 35 diplomáticos del gobierno de Putin.
La medida sienta un precedente en las relaciones diplomáticas recientes entre Estados Unidos y Rusia, que no pasaban por momentos tan delicados desde la Guerra Fría.
Hackers piratean la marina de Estados Unidos
El supuesto ciberataque ruso habría consistido en hackear correos electrónicos de los demócratas en un intento de ayudar al presidente electo Donald Trump a derrotar a Hillary Clinton. Algo que, desde la Casa Blanca han calificado como “actividades significativamente maliciosas” cuyo objetivo era “influir en la elección, sembrar dudas sobre la integridad del proceso electoral y minar la confianza en las instituciones del gobierno de Estados Unidos“.
Rusia por su parte considera esta medida “hostil” y ya ha avisado de que responderá en consecuencia. Por lo pronto el gobierno de Putin ha cerrado la Escuela Anglo-Americana de Moscú, centro en el que se atiende a los hijos del personal de las embajadas de Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá.
Vía | CNN
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