Las criptomonedas -como el bitcoin o el Ethereum- se han convertido en uno de los objetivos favoritos de los ciberdelincuentes. No en vano, el robo de las monedas virtuales se ha disparado en lo que va de año de forma exponencial.
Así lo asegura un estudio de CipherTrace, según el cual el robo de criptomonedas ya supera por tres la cifra alcanzada en todo 2017. Tan sólo en los seis primeros meses del año, se robaron un total de 761 millones de dólares de divisas digitales, frente a los 266 millones que se extraviaron en todo el año pasado.
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De seguir con este ritmo, las pérdidas podrían ascender a 1.500 millones de dólares cuando culmine el año. Una tendencia que no parece frenarse, en la línea de la opinión de los expertos, en tanto que hace poco hemos asistido al robo de 32 millones de dólares de la casa de intercambio surcoreana Bithumb.
En la mayoría de los casos, asegura el informe de esta firma de software, las monedas virtuales robadas terminan siendo lavadas para ayudar a los delincuentes a ocultar sus verdaderas identidades y evitar el arresto. Con lo que, al robo en sí, hemos de unir otro aumento exponencial en las prácticas de lavado de criptomonedas y blanqueo de capitales a escala mundial.