La Affordable Care Act (o como se le conoce popularmente, el Obamacare) es una ley que reformó el sistema de salud en E.E.U.U. y que permite una mayor cobertura a los ciudadanos de aquel país. Una de la promesas electorales de Donald Trump era derogarla, y desde que está en la Casa Blanca se ha propuesto sacar adelante la American Health Care Act que, entre otras cosas, elimina los subsidios que ahora reciben las personas de bajos recursos para la contratación de un seguro médico.
Mientras continúan los trámites para sustituir oficialmente el Obamacare, parece que hay una sección de esta ley que sí convence a los Republicanos: se trata de un conjunto de programas de bienestar con los que las empresas les ofrecen incentivos a sus empleados a cambio de pruebas y encuestas médicas. Esas ventajas pueden ser en efectivo o con descuentos en las primas de seguros.
Estas pruebas, que se llevan realizando en Estados Unidos desde los años 90, derivan en expedientes sanitarios de los trabajadores que incluso registran información genética.
Esto ha servido de pretexto al gobierno de Trump para aprobar un proyecto de ley, complementario a la American Health Care Act, que permitiría a las empresas recaudar esa información y así condicionar las pólizas y la cobertura médica según los antecedentes genéticos de los ciudadanos.
Se trata del proyecto de ley HR 1313 o “Programa para preservar la salud de los empleados” y ya ha levantado críticas, como por ejemplo por parte de la Sociedad Americana de Genética Humana, donde aseguran que obligará a elegir entre un seguro de salud asequible o la protección de la privacidad.
¿Cuánto valen nuestros datos sanitarios en el mercado negro?
Aunque los incentivos están regulados por el Obamacare, sí hay limitaciones en cuanto al tipo de datos que las empresas pueden recopilar. Sin embargo, no hay alusiones a qué tipo de información pueden solicitar ni sobre qué pueden ofrecer por ella.
Estos resquicios han sido aprovechados por los Republicanos para presentar este proyecto de ley complementario. Ahora se trasladará al Comité de Energía y Comercio, y para su aprobación necesitará todos los votos a favor tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado para convertirse en ley.
Hasta la fecha, se calcula que más de 5 millones de estadounidenses han secuenciado todo o parte de su genoma, y muchos millones más han dado permiso para que sus genes se empleen con fines médicos o para donar a la ciencia.
Vía | The Wired
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