Bonsái (盆栽) es una palabra de origen japonés que significa literalmente bon = “bandeja” + sai = “cultivar” -aunque etimológicamente procede del término chino 盆栽, penzai, que significa pén = “cuenco” + zāi = “planta”-. Este arte de cultivar arbustos, árboles y plantas controlando su tamaño fue objeto de culto para los monjes taoístas, que consideraban a los bonsáis símbolos de eternidad y puentes entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.
A día de hoy, millones de personas intentan cuidar un bonsái, convirtiéndose en pequeños jardineros multiplicados por lugares remotos del mundo. Dado que se requiere paciencia, habilidades manuales, silencio, lecturas, concentración y calma para abonar, regar, podar y mimar a cada uno de estos hermosos especímenes de la naturaleza vegetal, tener un bonsái puede ser sumamente beneficioso para tu salud mental, al igual que actividades como la horticultura, los baños de bosque, la sauna o el yoga.
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Algunos estudios hablan al respecto: una investigación titulada Efectos de la estimulación visual con árboles de bonsai en pacientes adultos varones con lesión de la médula espinal publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos y el Instituto Nacional de Salud revela que los efectos beneficiosos de la mera estimulación visual de mirar un árbol de bonsai puede ayudar a aumentar la actividad nerviosa parasimpática y los sentimientos positivos al tiempo que disminuye la actividad nerviosa simpática, la ansiedad y el estrés.
Otro exhaustivo estudio titulado Influencia del bonsái en la salud y el bienestar como recurso sin explotar destaca que los beneficios para la salud de practicar el bonsái son similares a los de otras terapias artísticas, proporcionando valores curativos a nivel personal y emocional. De hecho, existen cursos de bonsái enfocados a terapia para personas con adicciones, tratamientos para la ansiedad o contra el estrés, demostrando mejorar la capacidad de relajación, el desarrollo dinámico postural y la coordinación de movimientos, la activación de equilibrio y la sensibilidad receptiva, la implicación emocional o el potencial cognitivo.
Fuente | Bonsaitreegardener.net