Todos los años se repite el mismo proceso: los científicos determinan cuáles son las cepas de gripe más comunes y desarrollan una vacuna para protegerse de ella. Pero cada cierto tiempo aparece un nuevo tipo de virus que los médicos no son capaces de inocular, lo que aumenta el riesgo de que se convierta en pandemia (como sucedió hace 8 años con la gripe A).
Predecir cuándo un virus puede derivar en una epidemia no es fácil y requiere ya no sólo entender cómo se transmite, sino su composición genética. Dos grupos de investigadores de la Universidad de Pittsburgh examinaron la forma de un genoma viral y encontraron un arreglo inesperado de material genético que podría ayudar a modelar la siguiente cepa pandémica..
Según recoge la revista científica Nucleic Acids Research, la estructura del virus de la gripe A tenía una estructura bastante simple: ocho hebras de ácido ribonucleico (ARN o RNA) envuelto de forma uniforme alrededor de las proteínas.
El equipo utilizó un método de mapeo en el que el RNA se unía con las proteínas y encontraron que los virus podrían tener bucles de material genético “colgando”, como si fueran hebras de hilo desenredadas.
Todo esto podría tener implicaciones importantes para el estudio del virus de la gripe. Analizar estos bucles podría ayudar a los científicos a entender cómo el RNA se organiza y cómo los virus superan los ataques inmunes de sus anfitriones. Incluso podría ayudar a modelar la forma en que la gripe se recombina y mezcla el material genético que tiene alrededor, creando cepas inesperadas que podrían causar pandemias.
La forma y la función están íntimamente relacionadas cuando se trata de analizar virus, proteínas y ADN. Un simple cambio en la comprensión de los científicos sobre la forma en que se organiza el material genético puede tener un impacto inmenso en su funcionamiento. En el caso de la gripe, ese entendimiento podría incluso salvar vidas.
Vía | Gizmodo UK
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