Hay roles profesionales que van ligados, sí o sí, a un buen manejo de la comunicación escrita: redactores, bloggers, creativos, abogados… Aunque al final, tarde o temprano, casi cualquier profesional tiene que poner a prueba sus habilidades con la escritura, ya sea para enviar un email formal, escribir un informe o mandarle una propuesta a un cliente.
Cualquiera de estas posibilidades, y otras muchas donde es imprescindible una escritura correcta, ponen a prueba nuestra profesionalidad, y si trabajamos para una empresa, la imagen de la misma. A más de uno esto les suponen un quebradero de cabeza y tiene que acabar pidiendo ayuda o la revisión a un tercero.
Consejos, trucos y herramientas para mejorar tu forma de escribir
Y es que erróneamente se tiende a creer que la escritura es una habilidad que todo el mundo más o menos domina. Si fuera así, no existiría una oferta tan amplia de cursos y masters de redacción o escritura creativa. Además, aunque hayamos sido tocados por la varita de la buena comunicación escrita, los documentos formales y de negocios tienen sus características propias, que conviene conocer antes de ponerse a redactarlos.
Para empezar, hay que distinguir los escritos profesionales o de negocios de aquellos que no lo son. En realidad abarcan una lista de lo más variopinto: desde documentos financieros y contables, a propuestas, planes de negocio (imprescindibles para las startups), informes, documentos operacionales, de atención al cliente, etc. Las facturas también son documentos empresariales, pero las dejaremos al margen porque no requieren de mucha escritura.
Habiendo dejado clara la distinción, vamos a ver algunas claves para que puedas redactarlos adecuadamente sin necesidad de recurrir a plantillas predefinidas. Para ello, pulsa en “Siguiente“:
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