Según datos de Telefónica, actualmente quedan 18.300 cabinas en España. Un número nada desdeñable, si tenemos en cuenta el desuso en el que han caído. La decadencia de este servicio lo ha convertido en un “muermo” que ninguna empresa de telecomunicaciones quería gestionar, hasta que Telefónica no ha tenido más remedio que asumirlo de cara a 2017.
Así lo ha asignado el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, después de que los concursos convocados para renovar el servicio de gestión de cabinas y elaboración de guías telefónicas hubieran quedado desiertos de participantes.
Así, Telefónica será la encargada de gestionar ambos servicios durante, al menos, todo 2017, plazo que podría ampliarse si finalmente las cabinas continúan incluidas en el servicio universal de telecomunicaciones, según el cual tiene que haber como mínimo un teléfono público en cada municipio de 1.000 o más habitantes, al que se sumaría uno más por cada 3.000 habitantes.
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La CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) ya ha solicitado que los teléfonos públicos pierdan esta condición universal, como ya ha ocurrido en otros países de Europa, teniendo en cuenta el abandono en el que ha caído (según datos que maneja, el 88 % de los españoles jamás ha utilizado una cabina) y los costes de mantenimiento que exigen (muchas están destrozadas por actos de vandalismo).
Las cabinas comenzaron a funcionar en España en 1928, cuando se instaló el primer teléfono público en el Parque de El Retiro de Madrid. De las 18.300 que aún hay operativas, 12.000 no son rentables.
Vía | EFE
Recurso | La crónica de Salamanca
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