El síndrome de burnout, también conocido como el del trabajador quemado, se acuñó por primera vez en la década de los setenta para definir un estado de completa fatiga física, emocional y mental, acompañado de una disminución de la capacidad de rendimiento. Aquellas personas que lo padecen sienten vacío interior y agotamiento extremo, teniendo más papeletas de sufrir este trastorno aquellos individuos con profesiones sociales o de cuidados, como trabajadores social, profesionales sanitarios, profesores o responsables de la tercera edad.
Un estudio reciente de Gallup sacó en limpio que cerca de dos tercios de los trabajadores a tiempo completo experimentan agotamiento en el trabajo, mientras que el 23% de los encuestados informó sentirse siempre quemados y agotados. Por otra parte, otra investigación de la consultora encontró que los millennials experimentan tasas más altas de agotamiento que sus predecesores.
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Sucede que la gran mayoría de empleados carecen de poder corporativo o capacidad para abordar su propio agotamiento. Sin embargo, dado que la responsabilidad viene de la gerencia, las dinámicas internas, el nivel de exigencia, la presencia de un ambiente tóxico o las jornadas excesivas de trabajo, existen numerosas decisiones que se pueden tomar para aliviar la presión y el agotamiento, logrando contar con una plantilla más feliz, motivada y productiva.
En este sentido, una encuesta elaborada por Blind reveló las principales fuentes de agotamiento de los empleados en las empresas tecnológicas: y la gran mayoría apuntan en última instancia a una gestión deficiente. Otros factores, como la sobrecarga laboral, la cultura tóxica o la falta de control profesional también son generadas por un liderazgo mal planteado.
Para terminar con este problema sistémico e impulsar una cultura corporativa positiva, basada en la visión colaborativa, en la inteligencia emocional y la comunicación bidireccional.
Cultivar la comunicación abierta
La comunicación es posiblemente la herramienta más importante dentro del seno de las empresas: es fundamental abordar la gestión del conflicto y otorgar a los empleados comodidad y confianza para el relato de problemas como el agotamiento y el estrés, que generan sensación de soledad y aislamiento. Estas son algunas de las claves que pueden ponerse en práctica:
- Tener programas de bienestar completos que aborden el estrés y la ansiedad.
- Abrir líneas de comunicación sobre salud mental en el lugar de trabajo.
- Espacios seguros para que los empleados puedan abordar cuestiones delicada.
- Conversaciones frecuentes acerca de las emociones y el estado actual de los miembros del equipo.
- Herramientas de feedback.
- Apertura y transparencia dentro de la cultura corporativa para derribar el estigma actual en torno al estrés y otros problemas de salud mental.
Establecer límites sobre la carga de trabajo
Es importante realizar cambios drásticos que prevengan el agotamiento causado por el exceso de trabajo:
- Fomentar la desconexión tecnológica fuera del horario de trabajo, desalentando la consulta de emails fuera de la oficina.
- Limitar la cantidad de proyectos a gran escala de los que un empleado forma parte en un momento dado
- Creación de reglas para reuniones para reducir la planificación excesiva y la ejecución ineficiente.
- Proporcionar incentivos por el uso de tiempo libre pagado. Cabe destacar que el 52% de los estadounidenses tienen días de vacaciones no utilizados debido a razones como una excesiva carga de trabajo.
- Contemplar nuevas opciones de flexibilidad y trabajo remoto para lograr una mayor productividad, menos estrés y un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal.
Desarrollar sistemas claros
Finalmente, es fundamental asentar sistemas claros para su empresa, tanto en las tareas diarias como en los procedimientos relacionados con el agotamiento y el bienestar. Como se encontró en el estudio Blind mencionado anteriormente, los empleados citan una dirección poco clara como una de las principales causas de estrés.
Esta falta de organización y claridad dentro de su empresa crea un trabajo adicional para sus empleados, provocando conflictos internos y una mayor incidencia de errores. Creando procesos y sistemas transparentes y claros es posible hacer un seguimiento óptimo de la actividad, corregir los fallos y reducir las cargas de trabajo. De esta manera, cada tarea estará rodeada de menos dudas y confusión, una de las posibles fuentes de estrés.
Fuente | Small Business Trends