No corren buenos tiempos para Elon Musk en lo que se refiere a Tesla: recibió una multa de 20.000 millones de dólares y su expulsión como presidente de Tesla a raíz del estúpido anuncio en Twitter de que sacaría de Bolsa la compañía, para luego recular. También protagonizó un escándalo al insultar a un hombre que salvó decenas de vidas en Tailandia llamándole “pedófilo”. Pero parece que el controvertido líder tecnológico tampoco pasa por tiempos dulces con la que siempre fue su ‘ojito derecho’: SpaceX.
Y no nos referimos a la advertencia de la NASA a Musk para que deje los porros y el alcohol, sino a que la compañía aeroespacial planea despedir al 10% de su plantilla. O lo que es lo mismo, 600 de los 6.000 profesionales de la compañía.
Elon Musk se escuda en la libertad de expresión para llamar “pedófilo” al buceador que salvó a doce niños
SpaceX ya ha confirmado a medios norteamericanos la noticia, apelando a que “prescindirá” de parte de su personal por los “desafíos extraordinariamente difíciles en el horizonte”. En su declaración pública, la firma declara que “para continuar entregando a nuestros clientes y tener éxito en el desarrollo de naves espaciales interplanetarias y una Internet global basada en el espacio, SpaceX debe convertirse en una empresa más ágil. Cualquiera de estos desarrollos, incluso cuando se intentaron por separado, han llevado a la bancarrota a otras organizaciones”.
No es la primera vez que la compañía acomete una reestructuración para salvar a SpaceX: en junio, Elon Musk despidió al menos a siete personas en el equipo directivo responsables de la lentitud a la que se estaba desarrollando el proyecto Starlink, competidor de OneWeb y Telesat en la carrera por lanzar un nuevo servicio de Internet por satélite.