Trabajar en una oficina, calentando la silla a diario, puede que sea una cosa del pasado. Así lo indica el creciente interés de las compañías a escala mundial por el teletrabajo y la flexibilidad laboral (tendencia que tiene mucho que ver con la llegada de los millennials al entorno corporativo y la progresiva comprensión de la necesidad de contar con una política de conciliación con la vida familiar) y también algunos datos objetivos sobre este tema.
El más reciente es el proporcionado esta semana por la firma luxemburguesa IWG, cuyo estudio global demuestra que el 70% de los profesionales ya trabaja de forma remota (esto es, teletrabaja) al menos una vez a la semana. Incluso va más allá: un 53% no va a la oficina al menos la mitad de la semana.
El ‘síndrome de la segunda oficina’: o cuando el teletrabajo no es tan ideal
Son datos muy relevantes, teniendo en cuenta que se ha entrevistado a nada menos que 18.000 trabajadores de casi un centenar de compañías. Máxime si tenemos en cuenta que no se contemplan autónomos o contratistas, quienes por defecto suelen estar sujetos a una mayor flexibilidad laboral.
Si bajamos el asunto a España, hemos de recordar estudios y reflexiones muy contradictorias sobre la madurez del teletrabajo dentro de nuestro tejido empresarial. Mientras IDC critica que apenas un 13% de los españoles se aprovecha de la flexibilidad laboral, otro informe de Vodafone resalta que el 81% de empresas de España tienen políticas de trabajo flexible. Por tirar de fuentes oficiales, el Instituto Nacional de Estadística recoge que el 21,8% de las compañías de nuestro país ya cuentan con programas de teletrabajo.
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