Ya se habla del 2020 como el año que marcará un punto de inflexión en la evolución y desarrollo de las TICS, lo que irremediablemente traerá cambios en el mundo laboral y lo perfiles profesionales tal y como los conocemos hoy. De hecho ya estamos viendo evidencias en este sentido, como la incorporación progresiva de trabajadores e-nomads en las empresas.
Los cambios tecnológicos pero también sociales y demográficos que estamos viviendo están configurando un nuevo perfil de trabajador que tendrá que adaptarse a este nuevo entorno, adquiriendo y aprendiendo una serie de habilidades que serán un requisito casi fundamental para entrar a trabajar en cualquier empresa.
Un estudio elaborado por el IFTF – Institute for the Future para el Centro de Investigación de la Universidad de Phoenix, titulado Future Work Skills 2020, recopila un conjunto de factores tecnológicos y socio-demográficos que ya se están produciendo y que vendrían a determinar ese perfil profesional del futuro (que no está tan lejano). Estos factores son:
- El aumento de la esperanza de vida: lo que obliga a plantearse una nueva actitud hacia la vida personal y profesional, basada en la predisposición a no dejar de aprender cosas nuevas y, al mismo tiempo, determina la aparición de nuevas necesidades en la Sociedad.
- Los dispositivos y sistemas inteligentes: ya lo estamos viendo, pero en la próxima década cada vez más herramientas y dispositivos entrarán a formar parte de nuestras vidas, ya sea en entorno laborales, de ocio o de cualquier tipo. Las nuevas tecnologías se desempeñarán en ámbitos tan diversos como la medicina, la enseñanza o la seguridad. Esto nos hará preguntarnos qué puede seguir ofreciendo el ser humano que lo haga único y buscar nuevas capacidades que nos den esa ventaja competitiva, además de encontrar el punto de equilibrio en el que hombre y máquina colaboren y trabajen juntos.
- Del big data al mega data: la conectividad, la inteligencia artificial y los ríos de información y datos que los dispositivos irán almacenando a través de nuestra interacción con ellos hará que puedan predecir y modificar nuestra conducta. Si queremos remitir estos efectos, lo mejor será adquirir destrezas en el manejo de datos y aprender a interpretarlos.
- El nuevo ecosistema de los medios de comunicación: las nuevas tecnologías e Internet han cambiado la forma en que nos comunicamos y han democratizado la creación de contenidos: ahora todos contamos con las herramientas y los canales para ello. Pero también han diluido las fronteras entre el entorno real y el digital, lo que puede hacernos más vulnerables antes hipotéticas manipulaciones. Habrá que aprender a desarrollar un ojo crítico y más meticuloso, para diferenciar contenidos verídicos o alterados.
- La presencia de organizaciones superestructuradas: las redes sociales y el desarrollo de las TICS han permitido que entre todos construyamos ‘superestructuras’ en las que tienen cabida desde las grandes multinacionales e instituciones hasta el individuo de cualquier rincón del planeta. Todos aportamos valor, conocimiento e información. Esto supone una disrupción del anterior modelo estático y rígido a uno moldeable y cambiante, en el que habrá que aprender nuevas formas de organización y de gestión.
- La construcción de un mundo globalmente conectado: la nueva distribución y el outsourcing de las actividades productivas obligan a un cambio en la concepción y gestión del trabajo y de las relaciones profesionales.
De este estudio se desprenden que estas tendencias nos obligarán a adquirir al menos 10 destrezas y habilidades para que seamos competitivos en el mercado laboral que está por venir, y así poder diferenciarnos de lo que ofrecerán las máquinas y las nuevas tecnologías. ¿Quieres saber cuáles son? No dejes de echarle un vistazo a la siguiente infografía:
¿Y tú, cuentas ya con alguna de las habilidades de trabajo que nos pedirán en 2020?
Vía | madrimasd