Aunque Ikea lleva 20 años en España, la firma de muebles sueca empezó a funcionar alrededor de 1940. Por aquel entonces fabricaba y comercializaba sillas, mesas, librerías e incluso conjuntos de porcelana que vendía (como sigue haciendo hoy) a precios asequibles.
Ahora se ha generado una fiebre coleccionista y nostálgica entorno a este mobiliario clásico que está haciendo que algunos desembolsen miles de dólares y euros por piezas que en su día valían decenas.
Así lo aseguran webs de subastas como Dibs o Barnebys, un metabuscador online sueco especializado en arte, antigüedades y coleccionista, que registran adquisiciones de este tipo en muchas partes del globo.
Al parecer, y según informa el Daily Mail, este ascenso disparatado de los precios comenzó por un error en una subasta privada celebrada en 2014, cuando un par de sillones de Ikea fabricados en 1944 fueron confundidos por si similitud con otras piezas de un famoso arquitecto danés, y alcanzaron un precio de 57.000 euros cada uno.
A partir de entonces estos portales no han dejado de registrar compras similares (sillas que en su día costaron 70 euros y ahora se subastan por 3.000, sillones que costaban 90 euros y ahora están a 3.400, y un largo etcétera).
¿Qué se esconde tras esta fiebre vintage?
Como era de esperar, esta tendencia no implica que cualquier mueble de Ikea sea susceptible de revalorizarse de esta manera de un día para otro (la estantería BILLY de tu habitación o con la lámpara FILLSTA del salón no valen más hoy de lo que te costaron).
Muchas de las piezas de Ikea que quieren los coleccionistas provienen de los años 70, 80 y 90, y aunque a los españoles nos resulten indiferentes, en otros países estos objetos son muy familiares y a muchos les generan sentimientos de nostalgia.
Además algunos de estos muebles fueron creados por diseñadores que en su día eran desconocidos pero que hoy se han convertido en figuras destacadas del diseño escandinavo de interiores. Otros en cambio vieron su carrera truncada demasiado pronto, por lo que se fabricaron pocas unidades de sus creaciones (lo que también las hace más valiosas).
Algunos de estos muebles, pese a los años, están impolutos. Y es que, por extraño que parezca, hace años Ikea destacaba por la calidad de los materiales y vender productos que resistían el paso del tiempo.
Recurso | Expansión
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