Un elemento clave en cualquier plan de marketing de una marca o negocio es la fijación de precios o pricing, un proceso que esconde toda una técnica psicológica detrás y en la que nada se hace al azar.
Amazon por ejemplo sabe bastante de pricing. En los últimos años ha incrementado la inversión en estudios científicos para afinar su estrategia de precios, llegando incluso a emplear scanners para entender qué ocurre en el de cerebro de los consumidores cuando ven unos precios u otros.
Sin embargo, se han publicado varios estudios en publicaciones americanas de marketing de prestigio que han demostrado que, por encima de técnicas sofisticada, hay una entrategia de precios bastante antigua que se sigue funcionando como el primer día: la terminación del ‘9’.
Todos coinciden en que, cuando la última cifra del precio es un nueve, las ventas se incrementan. Aunque esta técnica pierde algo de efectividad en periodo de rebajas.
Las compañías tecnológicas suben sus precios tan el brexit
Traducido a ejemplos prácticos, queda comprobado que un ordenador que se venda a 799 euros tiene más probabilidades de venderse que a 800 € pero también que a 705 €. Algo poco comprensible y que achacaremos a la complejidad de la mente humana (o a la magia del ‘9’m, según se mire).
Sin embargo, ¿por qué no vemos siempre precios con esta terminación? Las investigaciones apuntan a que estos funcionan mejor cuando los clientes no tienen toda la información, de modo que compran de manera impulsiva. Esto, que en un principio puede sonar interesante para el comercio, tiene sus riesgos ya que a las tiendas online se les exige que aporten todos los datos sobre las condiciones de venta, de envío, etc.
Quizá empiezan a tomar nota desde Apple, cuyo precios son más elevados que la media, y que según ha anunciado la consultora tecnológica Gartner acaba de bajar al cuarto puesto en ventas de ordenadores, por detrás de Lenovo, HP, Dell y Asus.
Vía | inc.com
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