A principios de año os contábamos que Dropbox muy seguramente llegaría a los parqués en el primer semestre de este año. Un aterrizaje en los mercados públicos muy esperado, ya que se trata del único de los grandes actores del almacenaje cloud que no cotiza en Bolsa, como sí hacen Microsoft (OneDrive), Google (Drive), Amazon, e incluso un nativo de este nicho de actividad, Box Inc.
Pues bien, los rumores y comentarios al margen en las presentaciones a analistas ya son una realidad. Dropbox ha confirmado a la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU una oferta pública inicial (IPO, equivalente a las OPV en España) por valor de hasta 500 millones de dólares.
Cotizará bajo el símbolo “DBX” en el índice Nasdaq de la Bolsa de Nueva York y los bancos que apoyarán esta llegada a los parqués serán Goldman Sachs & Co, JPMorgan y Deutsche Bank Securities. Las dos primeras ya habían sido incluidas en anteriores rumores como posibles partners de Dropbox en este movimiento, pero se desconocía la implicación de la banca germana en esta IPO.
Los datos de este unicornio (valorado tras su última ronda de financiación -acontecida en 2014, en nada menos que 10.000 millones de dólares) suenan prometedores. De acuerdo a los últimos números presentados por la firma, Dropbox facturó unos 1.110 millones de dólares en 2017, un 31% más que el año anterior. Al mismo tiempo, la compañía redujo sus pérdidas de 210,2 millones en 2016 a los ‘apenas’ 111,7 millones de dólares anotados el pasado curso.
Unos resultados optimistas que se deben principalmente al foco puesto en el negocio profesional y la progresiva monetización de su base de usuarios. No en vano, Dropbox cuenta ya con 11 millones de usuarios de pago en 180 países. En ese sentido, aproximadamente la mitad de sus ingresos de 2017 provino de clientes internacionales, esto es, fuera de su mercado natural de Estados Unidos.