Las fugas y despidos de directivos en Tesla están comenzando a ser un caso digno de estudio en las escuelas de negocio. Hace poco conocíamos la marcha de Chris Lattner, ex de Apple y máximo responsable del AutoPilot, quien reconoció que la empresa “no era una buena opción para mí, después de todo” solo después de seis meses de trabajo. Tesla también tuvo que revolucionar su liderazgo de recursos humanos (ahora con Gaby Toledano al frente) tras las denuncias por acoso sexual que se hicieron públicas… y que también acabaron con el despido de la mujer que aireó los problemas que sufrió en la polémica compañía.
Lo último ha sido la marcha del cofundador de SolarCity, Peter Rive, esa compañía que Tesla adquirió a bombo y platillo hace apenas ocho meses para reforzar su estrategia residencial compuesta ya de sus baterías PowerWall y, ahora, también con los paneles solares de esta firma, líder del sector en EEUU.
Fueron 2.600 millones de dólares los que el cuestionado Elon Musk desembolsó por esta compañía el pasado año, aunque parece que en su estrategia no debía encajar muy bien (no sabemos si por acción u omisión) el cerebro de la empresa comprada, quien estaba al frente precisamente del desarrollo de los rompedores tejados solares presentados hace meses.
El primer producto de Tesla tras la fusión con SolarCity
Peter, que fundó SolarCity junto a su hermano menor Lyndon en 2006, abandona Tesla sin rumbo definido, “en busca de nuevas oportunidades” de acuerdo al comunicado oficial. Por su parte, la milimillonaria Tesla (al menos en su valoración bursátil, ya que recordemos que todavía no ha dado un euro de beneficios en sus 14 años de vida) no sustituirá a Rive, repartiendo sus funciones “entre los equipos de ingeniería ya existentes en Tesla”.
Leave a Comment
You must be logged in to post a comment.