Últimamente es fácil leer en blogs y sitios web especializados en talento y RSC que a los trabajadores cada vez les motiva menos el salario (o por lo menos no le dan tanta importancia) y valoran más otros aspectos como la satisfacción laboral, la motivación o la conciliación entre la vida profesional y familiar.
Sin embargo estas afirmaciones quedan un poco en entredicho si atendemos a los datos recogidos en el último informe de la consulta Randstad, “Employer Branding: cuando la percepción se convierte en realidad”, en el que recoge que el 48% del total de trabajadores españoles estaría dispuesto a echar más horas en su puesto, de los cuales la gran mayoría (el 87%) lo haría por dinero.
O dicho de otro modo, de los 8,6 millones de empleados españoles que estarían dispuestos a trabajar más horas, 7,5 lo haría para obtener una mayor retribución económica. El resto aumentaría su jornada laboral por promocionarse (28%), por completar su desarrollo personal (16%) y los que menos por tener más influencia en su trabajo (11%).
Esto contrasta con un irrisorio 8% que afirma estar dispuesto a trabajar menos horas. De estos, el 69% lo haría para tener más tiempo libre, un 65% por conciliar mejor la vida personal con la vida laboral, el 47% para dedicárselo a sus hijos y el 37% a sus aficiones.
En cualquier caso, los resultados de este informe de Randstad no contradicen tanto el cambio de tendencia en las motivaciones de los trabajadores. Sin atendemos a las motivaciones por las que aumentarían su jornada laboral, el salario es más relevante para los de mayor edad, mientras que los más jóvenes (donde entran los millennials) prefieren promocionarse o progresar como profesionales.
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