Las empresas tecnológicas de nueva creación están en un continuo desarrollo y parece que el ecosistema creado les facilitará las condiciones favorables para seguir creciendo en el futuro. Cada vez más los medios informan cómo se inyectan cantidades de dinero considerables en startups, pero hasta qué punto se prolongará esta tendencia es algo que se desconoce.
La pregunta que empiezan a hacerse algunos de los inversores con más autoridad en el sector tecnológico pone en duda si este fuerte y brusco crecimiento es un proceso natural o más bien se trata de un fenómeno que reúne todas las señales de ser interpretado como otra “burbuja puntocom”.
Uno de los responsables de estas previsiones es Bill Gurley, un socio de Benchmark, considerado uno de los inversores en capital riesgo más influyentes de Silicon Valley. En una entrevista con el Wall Street Journal, Gurley hizo sonar la alarma sobre los riesgos “sin precedentes” que están asumiendo las startups y la comunidad de capital de riesgo debido al movimiento de las excesivas cantidades de fondos:
En Silicon Valley están trabajando ahora más personas para empresas que pierden dinero que en los últimos 15 años. En 2001 o 2009 nadie aceptaba un trabajo en una compañía que perdía cuatro millones de dólares al mes. Hoy todo el mundo lo hace sin pensar”.
Las empresas privadas están recaudando sumas considerables de dinero, algunas hasta 500 millones de dólares. El dinero obtenido se tiene que gastar, afirma Gurley, así que los que hacen las compañías es subir su “tasa de gasto” (burn rate), entendida como la cantidad de dinero que están dispuestos a perder para hacer crecer sus negocios.
Gurley, que entre las empresas en las que ha invertido se encuentran nombres como OpenTable, Uber y Zillow, cree que la velocidad de “combustión” para las empresas ha tocado el punto más alto desde 1999, pero al mismo tiempo Gurley declara que si una crisis golpea de repente el mundo de las compañías tecnológicas hará falta de una gran cantidad de “acrobacias” para que las empresas reajusten sus negocios y reducir la velocidad de la tasa de gasto.
Sus comentarios han sido respaldados por otros inversores. Fred Wilson, el socio fundador de Union Square Ventures escribió un su blog que le preocupa el hecho que demasiados de sus propias empresas están “quemando” millones de dólares al mes. El director de IDG Ventures, Phil Sanderson, sigue la misma línea de de opiniones afirmando que ha empezado a avisar a sus compañías de cartera que tendrán dinero siempre y cuando su acceso al capital se agote.
A pesar de todas los posibles peligros pronosticados, negocios como Uber o Snapchat, una de las compañías respaldadas por Benchmark, consiguen de momento quedarse en el centro de atención de los inversores de capital de riesgo por sus elevadas posibilidades de generar beneficios. Aunque de momento no se han observado indicios claros que avisen de una crisis del sector, los inversores mantendrán el despliegue de fondos para los proyectos tecnológicos, aunque algunos de los que piensan que se están acercando a un punto de inflexión, como en el caso de los adeptos de Bill Gurley, serán más conscientes de que este momento puede llegar, si no ahora, dentro de los próximos años.
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