Si alguien pensaba que Elon Musk había tocado fondo tras la multa de 20.000 millones de dólares y su expulsión como presidente de Tesla (a raíz del estúpido anuncio en Twitter de que sacaría de Bolsa la compañía, para luego recular), nada más lejos de la realidad. Insultar a un hombre que salvó decenas de vidas en Tailandia llamándole “pedófilo” sin mediar sentido común, tampoco es suficiente para este hombre. Si alguien pensaba que el suelo de Musk era su bochornoso espectáculo en un programa radiofónico, donde bebió whisky y fumó un ‘porro’, tampoco se pueden imaginar el límite del absurdo de este hombre.
Y es que, el que fuera considerado por muchos como el gran visionario del siglo XXI (pese a que Tesla no ha dado beneficios en toda su historia y ha incumplido todos y cada uno de sus objetivos económicos y de producción) no deja de sorprendernos con sus peregrinas ideas. ¿La última? Lanzar una marca de tequilas llamada ‘Teslaquila’.
La lógica ilógica de Elon Musk: duerme en el suelo de su fábrica para empatizar con el sufrimiento de sus operarios
Lo que comenzó como una broma, en un tuit publicado en las vísperas del April Fools Day (el día de los inocentes norteamericano), ha acabado por convertirse en realidad. Según han publicado medios estadounidenses, Elon Musk registró el pasado ocho de octubre la marca de ‘Teslaquila’ en la Oficina de Patentes de EEUU. Más todavía: al parecer ya habría un diseño preliminar de la supuesta botella de licor de ágave destilado.
De hecho, la foto de ‘Teslaquila’ ha sido publicada por el propio Elon Musk en su perfil de Twitter (el lugar favorito de este directivo para liarla). Hablamos de una botella de 750 ml. con una etiqueta blanca y roja, con el logo de la firma automotriz y unos extravagantes rayos a lo largo de la pegatina.
Mientras Musk se da a la bebida, Tesla sigue con su mala marcha. La compañía ya confirmó el despido del 9% de su plantilla ante la imposibilidad de seguir haciendo frente al pago de sus nóminas y cumplir con los objetivos prometidos a los accionistas al mismo tiempo. Y el año pasado, la misma compañía ya tuvo que recurrir a 1.500 millones de dólares de “deuda basura” para poder seguir alimentando su máquina de gastar dinero.