Stephen Hawking estudió el universo e iluminó a la humanidad desde una silla de ruedas, capaz de comunicarse con el único músculo que podía mover de todo el cuerpo – en la mejilla – y la ayuda de la tecnología.
Uno de los sueños de Hawking, que falleció ayer a los 76 años, era viajar al espacio y conocer lo que tantos años llevaba estudiando. Desafortunadamente no llegó a viajar rumbo otros planetas.
Eso si, pese a no poder viajar al espacio Hawking si tuvo la ocasión de subir a una nave y vivir la experiencia gravedad cero.
Hace 11 años Hawking se reunió con un gran admirador suyo, Peter Diamandis, fundador de la compañía XPrize que busca incentivar a emprendedores a encontrar soluciones para comercializar los viajes al espacio. El renombrado físico le preguntó directamente a Diamandis si podía llevarle al espacio, a lo que este le respondió que no…pero podía darle la experiencia de volar en gravedad cero.
“La oportunidad de volar en gravedad cero sería maravillosa“, respondió Hawking, que también quería inspirar a otras personas que sufrieran de ELA.
Mientras que el propio Hawking aceptó, muchos rechazaron la idea. Un partner de la empresa de Zero G llamó a Diamandis preguntándole si estaba loco por poner al físico más famoso del mundo en gravedad cero. No obstante, la llamada que más impacto a Diamandis fue la de la Administración Federal de Aviación: “No puedes“, le dijeron rotundamente.
Diamandis consiguió llegar a un acuerdo y finalmente, tras un asesoramiento médico completo, determinaron que Hawking podía salir de su silla de ruedas y flotar en gravedad cero.
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Lo que a muchos les parecía una locura rápidamente se convirtió en uno de los mejores momentos de la vida de Diamandis. “Pude darle a este hombre la experiencia tan increíble que tanto quería“, reveló a Business Insider.
Por aquel entonces Hawking llevaba casi 4 décadas en una silla de ruedas y, pese a tener escasa movilidad en la cara, durante los 4 minutos que voló en gravedad cero tenía una sonrisa de oreja a oreja. “Fue asombroso“, declaró Hawking. “Espacio, allá voy“.
Puede que Hawking nunca llegará a aventurarse en el espacio, pero de lo que no cabe duda es que se acercó más a las estrellas que nadie.
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